martes, 7 de diciembre de 2010

CONDICIONES DE TRABAJO Y MUERTE DE EZEQUIEL FERREIRA


Explotación infantil: Murió niño que manipulaba agroquímicos en granja avícola

Ezequiel Ferreira, falleció de cáncer luego de agonizar varios días en el Centro Gallegos.
La enfermedad la habría contraido al trabajar en la empresa Nuestra Huella S.A. con agrotóxicos.

Ezequiel Ferreira, el niño que trabajaba junto a toda su familia en una granja avícola de la empresa Nuestra Huella S.A., fue internado en terapia intensiva producto de un cáncer terminal la semana pasada, y en el día de ayer perdió la vida.

Las asociaciones civiles La Alameda y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) vienen denunciando trabajo esclavo y explotación infantil en dicha firma tras la internación del nene que habría contraído cáncer al manipular agroquímicos como parte de sus obligaciones laborales.

En un comunicado de prensa firmado por Juan Grabois (MTE) y Gustavo Vera (La Alameda) indicaron que Ezequiel en primera instancia fue "llevado de urgencia a una clínica de Pilar.
Durante semanas nadie tuvo noticias de él.
La empresa prohibió terminantemente a los padres hablar del tema con sus compañeros de trabajo.
Y logró la manera de modo muy simple: convenciendo a los padres que si algo le pasaba a Ezequiel ellos serían penalmente responsables e incluso les quitarían la tenencia de sus otros hijos y ofreciéndoles a cambio de su silencio, la atención médica del niño y eventualmente una suma de dinero en caso que hubiera un desenlace fatal.
Paralizados por el miedo y la desesperación, los padres aceptaron el chantaje y se llamaron a silencio".

"Ezequiel fue traído desde Misiones con su familia a fines de 2007 por uno de los reclutadores que opera al servicio de la presidenta de la empresa Nuestra Huella, Alejandra López Camelo y que cobraba $2500 por cada familia que lograba engatusar.
La promesa era dejar la pobreza extrema de Misiones, por un trabajo estable y una casa segura, donde los chicos crecerían en el campo y junto a la naturaleza", agregaron.

"Al llegar a la granja «La Fernández», la situación distaba mucho de lo prometido.
Al padre lo pusieron a cargo de uno de los galpones, donde debía juntar miles de huevos por día, remover guano, juntar la sangre y distribuir el veneno.
El tope de producción que le imponía la empresa era imposible de cumplir sin involucrar al resto del grupo familiar, lo cual era estimulado por los capataces de la empresa.
Y si ese tope no se cumplía, se corría el riesgo de quedar sin trabajo", explicaron.

Y además, denunciaron que "cientos de familias más, son esclavizadas del mismo modo que la familia de Ezequiel en unas 70 granjas dispersas por Pilar, Zarate, Campana, Exaltación de la Cruz y Córdoba donde muchísimos chicos están expuestos a correr la misma suerte que Ezequiel.
Esas granjas son propiedad de «Nuestra Huella», una empresa que gozaba de prestigio y liderazgo en el mercado avícola y que tenía clientes poderosos como Wall Mart y Carrefour".

"La empresa no conforme con haber asesinado a Ezequiel, con haber envenenado a decenas de chicos y adultos, ahora se dispone a hacer desaparecer las evidencias y pretende trasladar rápidamente el cuerpo de Ezequiel y quizás cremarlo, fuera del alcance de cualquier pericia judicial que los comprometa y ponga en evidencia su responsabilidad", concluyeron.

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