LA DESTACADA
Ocho familias en la calle
Soy la esposa de un hombre de 38 años, que a los 18, y con toda la alegría que implica el primer trabajo, se puso bajo las órdenes del dueño de la imprenta Amalevi.
Allí aprendió el oficio y fue creciendo en lo personal y en lo profesional.
Gracias a ese trabajo pudimos formar nuestra familia, casarnos y tener dos hermosas hijas.
Los años transcurrieron, el titular de la firma murió y la empresa pasó a manos de sus hijos y nueras, a quienes nada les importaba la imprenta.
Sus pobres empleados, producto de la crisis de los últimos años, aguantaron maltratos psicológicos, muchos trabajaban en negro, cobraban por semana y lo que ellos querían, nunca más hicieron inversiones de ningún tipo (renovación de maquinarias, por ejemplo), así hace tres años atrás reunieron al personal y le explicaron que por deudas impositivas debían cerrar el negocio y abrir con otro nombre.
De esta forma le exigieron al personal renunciar con la promesa de tomarlos en una nueva imprenta, perdiendo toda su antigüedad y con una cláusula que no serían despedidos por tres años.
Así la imprenta pasó a ser MCN Artes Gráficas SRL, cuya responsable es la nieta del primer dueño.
Pasaron los tres años y adivinen, el 31 de diciembre, después que mi esposo estuvo haciendo horas extras durante un mes llega el telegrama de despido cuya causal aduce "falta de trabajo".
Nuestro asombro fue total, y empezaron a llover llamados a casa de siete compañeros más, cada uno con su historia y su familia a cuestas, que dejaron, al igual que mi esposo, sus mejores años en esas máquinas, haciendo enriquecer a la familia Amalevi, soportando los maltratos que un trabajador pueda sufrir.
Y así les pagaron: hoy somos ocho familias en la calle.
Lorena Tramallino
DNI 24.282.015
tramallinolorena@hotmail.com
fuente: http://www.lacapital.com.ar/ / Carta de Lectores
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