Es un miedo común entre los hombres y mujeres que sufren enfermedades del corazón
La sexualidad es uno de los aspectos que más dudas genera entre las personas que tuvieron o tienen algún problema cardiovascular, sin embargo, no se atreven a plantearlo en el consultorio del cardiólogo.
La sexualidad es uno de los aspectos que más dudas genera entre las personas que tuvieron o tienen algún problema cardiovascular, sin embargo, no se atreven a plantearlo en el consultorio del cardiólogo.
Es más, hay pacientes que pueden mantener relaciones con normalidad pero se "retiran" de la vida sexual por mitos, temores y desconocimiento.
El médico sexólogo, terapeuta y educador sexual Daniel Galli, hizo hincapié en la importancia de que los pacientes, hombres y mujeres, manifiesten sus dudas:
"Es normal que quien pasó por un episodio delicado como un infarto o una angina de pecho tenga temor de intimar con su pareja.
Pero es fundamental que no se sienta avergonzado y que pregunte, hable y pida apoyo".
En un encuentro sexual se eleva la presión sanguínea, el corazón se acelera y aumenta el número de latidos por minuto. Quienes tienen antecedentes temen sufrir falta de aire, mareos o un nuevo episodio cardíaco .
"Aparece el miedo a no poder llevar adelante el encuentro y también a la muerte", detalla Galli.
Privarse del placer sexual puede traer graves consecuencias:
"Somos sexuales desde que nacemos hasta que morimos.
Una persona que siente que ya no es apta para relacionarse sexualmente puede sufrir problemas emocionales; es más, muchos casos de depresión están relacionados con esto", comenta el terapeuta.
La consulta con el sexólogo se torna clave ya que además de las cuestiones orgánicas en ocasiones se ocultan problemas de la esfera psicológica o relacionados con la pareja:
"Eso que aparece como un impedimento físico tal vez esconde dificultades que tienen que ver con lo vincular y que son previas a la enfermedad cardíaca", manifiesta.
La sexualidad humana es sin dudas muy compleja y por eso se hace imprescindible el tratamiento profesional, remarca el médico:
"En ocasiones la patología se usa como una excusa para evitar el contacto íntimo.
Otras veces detectamos que lo que aparece como una cuestión del consultante es en realidad un problema del otro miembro de la pareja, o de ambos".
Medicamentos
Las drogas propias de los tratamientos también pueden influir en la sexualidad.
Galli menciona que por desconocimiento, porque se prioriza la salud física del enfermo o porque es un paciente mayor y se supone que ya no le interesa tener contactos íntimos, tal vez se le indica una droga que puede afectar su funcionamiento sexual:
"A veces es posible reemplazar ese medicamento por otro que tenga mínimas consecuencias", ejemplifica.
La interdisciplina, que se da en contadas ocasiones, es clave.
"Es una de las grandes falencias del tratamiento. El cardiólogo, el sexólogo, el clínico no suelen trabajar en equipo", cuestiona Galli.
Hombres y mujeres
Cuando la mujer entra en menopausia y pierde la protección hormonal alcanza al varón en las estadísticas de enfermedades cardíacas.
"Es bueno recordar que una mujer o un hombre pueden tener una vida sexual plena hasta el final de sus días y no deberían resignarse por su problema de salud siempre que se le den las herramientas necesarias para manejarlo de acuerdo a su patología", señala el médico.
Otro de los mitos que hay que desterrar es que sexualidad es igual a coito:
"Tal vez haya pacientes que no pueden tener una relación sexual completa por prescripción médica pero no deberían privarse de las caricias, los besos, los abrazos y otras formas de placer sexual.
Existe tanto desconocimiento que hay personas que no quieren que su pareja las bese o las toque porque tienen miedo de lo que viene después".
El especialista insiste en que plantear las dudas es decisivo:
"Aun en los casos más complejos siempre hay algo que podemos ofrecerle al paciente para que siga disfrutando de su sexualidad".
fuente: http://www.lacapital.com.ar/
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